¿Desbancarizados a rebancarizados? Redefiniendo el acceso financiero en la era de las órdenes ejecutivas
Cuando se escriba la historia de las finanzas del siglo XXI, habrá un capítulo especial (desordenado, político y profundamente trascendental) dedicado a la saga del “debanking”.
Durante gran parte de los últimos tres años, cualquiera que trabajara en cripto, desde startups web3 hasta bancos y exchanges regulados como Custodia Bank o Kraken, sabía muy bien lo que significaba ser excluido repentinamente del sistema financiero estadounidense. A veces, señales silenciosas o evaluaciones vagas de “alto riesgo” eran suficientes. Otras veces, no se daba ninguna explicación.
Según datos publicados por AIMA en diciembre de 2024, el 98% de los fondos de cobertura enfocados en cripto que enfrentaron la cancelación de cuentas bancarias nunca recibieron una justificación clara.
Apodada “Operation Choke Point 2.0”, esta represión moderna fue paralela a un impulso gubernamental anterior dirigido a industrias políticamente desfavorecidas. Esta vez, miles de empresas cripto y sus socios (incluidos fondos de cobertura y empresas de pagos) vieron sus cuentas bancarias canceladas. Se encontraron bloqueados por oficiales de riesgo o limitados por equipos de cumplimiento temerosos de represalias regulatorias.
Y justo cuando la propia palabra “debanked” se convirtió en una especie de grito de guerra, el presidente Trump, cuya propia familia sufrió la instrumentalización financiera a la que incluso un regulador federal ha admitido oficialmente, tomó medidas rápidas y dramáticas. El 7 de agosto de 2025, una importante orden ejecutiva declaró que los reguladores ya no podían presionar a los bancos para cortar lazos con negocios legales. Fue una intervención largamente esperada cuyas implicaciones aún resuenan en las oficinas administrativas y salas de juntas bancarias.
Pero dos meses después, ¿qué avances reales se han logrado desde esa orden? ¿Los bancos realmente han reabierto sus puertas y restituido a los que fueron excluidos injustamente? ¿Cómo les va a pioneros como Custodia Bank en este nuevo panorama bancario?
La era de Operation Choke Point 2.0
La historia detrás de la orden ejecutiva de Trump sobre el debanking es larga y polémica. Durante la administración Biden, una combinación de escepticismo público, exceso regulatorio y cautela tras los colapsos de alto perfil en cripto (como FTX, Celsius, BlockFi) conspiró para empujar gran parte de la industria a los márgenes financieros. Las empresas se vieron obligadas a buscar alternativas internacionales o a operar en un limbo.
Audiencias en la Cámara y el Senado a principios de 2025, impulsadas por el trabajo de investigación de figuras como el fundador de Coin Metrics, Nic Carter, dejaron al descubierto un patrón: empresas cripto (incluso aquellas con impecable reputación de cumplimiento) enfrentaban exclusión repentina y coordinada de cualquier banco estadounidense. Los examinadores simplemente citaban señales de “alto riesgo” o hacían referencia a listas no publicadas de industrias a evitar.
A pesar de las negaciones públicas, documentos internos de la FDIC y la OCC ahora indican esfuerzos deliberados y sostenidos para restringir el acceso de cripto al sistema bancario, validando lo que muchos habían descartado como una “teoría conspirativa” exagerada.
Para los afectados, las consecuencias fueron reales. Caitlin Long, fundadora y CEO de Custodia Bank, describió el resultado de manera contundente:
“Operation Choke Point 2.0 ha sido devastadora para la industria cripto estadounidense que cumple la ley, y Custodia Bank ha sido duramente golpeado a pesar de nuestro sólido historial de gestión de riesgos y cumplimiento.”
Los planes de negocio se estancaron. Las nóminas se congelaron. Hubo despidos. La innovación se trasladó al extranjero o a redes paralelas (algo antitético a los valores estadounidenses de libertad económica y progreso tecnológico).
Garantizando la banca justa para todos los estadounidenses
Avanzamos al 7 de agosto de 2025. Con las críticas en aumento y la defensa llegando a un punto álgido, el presidente Trump firmó la tan esperada orden ejecutiva titulada “Guaranteeing Fair Banking for All Americans”.
El texto no menciona específicamente “cripto”, sino que prohíbe el “debanking politizado o ilegal”, es decir, el acto de negar servicios bancarios a cualquier negocio legal, sin importar el sector.
¿Qué hace diferente a esta orden ejecutiva? En un movimiento astuto, aunque poco convencional, Trump colocó a la Small Business Administration (SBA), históricamente un prestamista de último recurso, por encima de la Reserva Federal, la OCC y la FDIC como supervisor independiente en temas de debanking. Como señaló Caitlin:
“Esto es una GRAN señal: la Casa Blanca no confía en las 3 agencias federales bancarias (FDIC, Fed & OCC) para limpiar su propia casa.”
La nueva directora de la SBA, Kelly Loeffler, es exsenadora, ex CEO de Bakkt y defensora abierta de Bitcoin, lo que indica una clara intención de hacer cumplir esta política sin la habitual lentitud regulatoria. Como evaluó Caitlin:
“No es cualquiera quien está a cargo de la SBA: es Kelly Loeffler. Ella es bitcoiner. Sí, la Casa Blanca acaba de darle a una *bitcoiner* esta
tarea (!!!).”
Caitlin señaló que los bancos que se negaron a servir a empresas cripto legítimas o cerraron cuentas ahora “tienen que responder” y serán responsables.
Gran parte de la comunidad cripto interpretó la orden como el fin definitivo de Operation Choke Point 2.0. Sin embargo, como suele ocurrir con las órdenes ejecutivas, la implementación en la práctica es más complicada.
Los bancos ante un nuevo mandato
Los grandes bancos, lobbistas y equipos de cumplimiento pasaron el final del verano en un frenesí. Grupos de la industria como el Bank Policy Institute elogiaron a la administración:
“Agradecemos a la Administración por sus esfuerzos para proteger el acceso a la banca y frenar las regulaciones descontroladas, y esperamos trabajar con la Casa Blanca, el Congreso y las agencias para crear un estándar nacional que avance estos objetivos.”
Pero los desafíos prácticos persisten. Un boletín interno de principios de octubre instruyó a los bancos a revisar la orden de Trump, recordándoles sus obligaciones bajo la Right to Financial Privacy Act y advirtiendo contra cierres arbitrarios de cuentas. Sin embargo, la restauración real de servicios a las empresas cripto afectadas ha sido lenta.
Muchos bancos, quemados por escándalos pasados, siguen siendo cautelosos, exigiendo que las empresas pasen auditorías de cumplimiento extensas o muestren años de registros de transacciones impecables antes de reabrir cuentas. Eso dista mucho del cambio radical que muchos esperaban de la orden ejecutiva. Pero también refleja décadas de cautela regulatoria arraigada.
Caitlin Long y Custodia Bank
Ningún banco está tan en el centro de la transición de debanking a rebanking como Custodia. Fundado para cerrar la brecha entre la banca tradicional y los activos digitales, Custodia fue excluido repetidamente a pesar de cumplir con los estándares de cumplimiento y recibir altas calificaciones de los reguladores estatales.
En 2022, el banco demandó a la Reserva Federal después de que se le negara una cuenta maestra. Caitlin se convirtió en una figura habitual en el Capitolio, defendiendo el caso de los “bancos de propósito especial” para la industria, construidos para la transparencia y el control de riesgos.
Señalando datos de donaciones de 2024, criticó a la Fed por su actitud sesgada hacia las empresas que trabajan con cripto, revelando que el 92% de las contribuciones de empleados de estas agencias en 2024 fueron a candidatos del Partido Demócrata. Caitlin cree que esto pudo haber influido en las decisiones de debanking bajo Biden.
Si bien la nueva orden ejecutiva teóricamente allana el terreno para Custodia, el verdadero “rebanking” es un trabajo en progreso. Como afirmó Caitlin:
“Una BUENA PRUEBA para medir el éxito de esta EO es si los 5 bancos que excluyeron a Custodia nos restablecen. Los reguladores bancarios federales presionaron a varios de ellos para que nos excluyeran a pesar de nuestro historial limpio de cumplimiento–‘porque cripto’. Si nos restablecen, entonces la EO tuvo éxito.”
Repensando el acceso: de la exclusión a la innovación
Si la historia sirve de guía, las soluciones regulatorias de arriba hacia abajo no revierten instantáneamente la cultura de riesgo de abajo hacia arriba. Sin embargo, hay señales de cambio real.
Bancos pequeños y medianos, actores regionales y un puñado de proveedores cripto-nativos de BaaS (Banking-as-a-Service) están nuevamente buscando clientes de activos digitales. Ofrecen procesos de incorporación de cumplimiento, monitoreo de transacciones y políticas de puertas abiertas que habrían sido impensables incluso seis meses antes.
Mientras tanto, la conversación está pasando de un simple “acceso” a una redefinición más profunda de los derechos financieros. Si a un negocio legal, sin importar su orientación política o tecnológica, se le puede negar el servicio, la libertad económica misma está en riesgo.
Esto conecta la batalla por el acceso bancario de cripto con luchas más amplias que enfrentan el cannabis, las armas de fuego, el entretenimiento para adultos y los grupos de defensa política. Todos estos grupos han sido excluidos del sistema bancario en la última década.
Mirando hacia adelante: rebanked, pero no relajados
¿Hacia dónde va la historia ahora? La orden ejecutiva de Trump proporciona la herramienta legal más contundente hasta ahora para que las empresas cripto afectadas responsabilicen a los reguladores y bancos reacios. El nombramiento de un supervisor independiente fuera de las agencias bancarias tradicionales es una señal de que el cambio no es opcional, sino un mandato al más alto nivel. Para citar a Caitlin:
“El POTUS va en serio.”
Sin embargo, hasta que todas las empresas excluidas injustamente vean restablecidas sus cuentas, la tensión entre la libertad financiera y la aversión al riesgo definirá la innovación en activos digitales.
Por primera vez en años, hay una esperanza real, aunque frágil, de que el acceso al sistema bancario se determine no por la política, sino por el estado de derecho, la innovación y el debido proceso.
El artículo Debanked to rebanked? Redefining financial access in the age of executive orders apareció primero en CryptoSlate.
Descargo de responsabilidad: El contenido de este artículo refleja únicamente la opinión del autor y no representa en modo alguno a la plataforma. Este artículo no se pretende servir de referencia para tomar decisiones de inversión.
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