La mayoría parlamentaria del Reino Unido aprobó recientemente la Ley de Propiedad (Activos Digitales, etc.) Act 2025, una norma que reconoce los criptoactivos -incluyendo criptomonedas, tokens y otros activos digitales- como bienes que pueden ser de propiedad personal bajo la ley inglesa.
Esta actualización normativa marca un antes y un después en la regulación de activos digitales, al otorgar certeza jurídica a inversionistas, custodios e individuos que participan en el ecosistema.
Reconocimiento legal sin precedentes para criptoactivos
La nueva Ley de Propiedad rompe con la división tradicional del derecho inglés entre bienes tangibles y derechos exigibles, al establecer que un «activo digital» puede ser objeto de propiedad personal.
En consecuencia, activos intangibles como criptomonedas, tokens no fungibles (NFT) o cualquier instrumento basado en blockchain dejan de estar en una zona gris jurídica: ahora poseen reconocimiento legal y pueden transferirse, heredarse o reclamarse ante tribunales.
Además, los titulares de wallets o de mecanismos de custodia digital cuentan con respaldo jurídico en casos de pérdidas, robos o disputas de titularidad.
De igual forma, el reconocimiento legal de los criptoactivos facilita que entidades financieras, custodios institucionales y plataformas de intercambio los traten como activos equiparables a acciones, bonos u otros instrumentos tradicionales.
Tokenización y criptoactivos con respaldo legal
El reconocimiento jurídico de los criptoactivos como propiedad personal fortalece el marco regulatorio para la tokenización, abriendo la puerta a productos financieros tokenizados con pleno sustento legal.
Por ejemplo, desde fondos tokenizados hasta mercados secundarios de tokens, la Ley de Propiedad proporciona una base regulatoria clara para operar estos modelos con mayor seguridad.
Al mismo tiempo, los custodios e instituciones financieras del Reino Unido cuentan ahora con un incentivo adicional para desarrollar servicios de custodia, auditoría y administración de activos digitales, lo que puede acelerar la institucionalización del ecosistema bajo estándares similares a los de las finanzas tradicionales.
Asimismo, en escenarios de herencias, procedimientos de insolvencia o litigios, los criptoactivos podrán ser tratados como parte del patrimonio personal, al igual que cualquier otro bien, ofreciendo mayor seguridad jurídica y reduciendo la incertidumbre en momentos de disputa o sucesión.
Un precedente internacional en regulación digital
Con la aprobación de esta ley, el Reino Unido se posiciona como una de las primeras jurisdicciones importantes en reconocer formalmente los criptoactivos como propiedad legal, un precedente que podría influir en marcos regulatorios de otras economías avanzadas.
Además, la claridad legal aportada al ecosistema ofrece un entorno más atractivo para inversiones, tokenización y servicios de custodia digital, lo que puede consolidar al país como un potencial hub global para finanzas digitales reguladas.
Para instituciones, desarrolladores, custodios y usuarios, esta norma representa un cambio estructural: se pasa de un entorno incierto y fragmentado a uno con reglas definidas y protección jurídica explícita.
Esta transición puede incentivar inversiones institucionales, transformar mercados secundarios y promover una adopción más amplia bajo un marco normativo robusto.
Por último, la Ley de Propiedad redefine el concepto de propiedad en la economía digital británica. Al otorgar estatus legal a los criptoactivos, no solo protege derechos individuales, sino que también sienta las bases para una institucionalización madura del ecosistema bajo estándares tradicionales del derecho patrimonial y financiero.




