Reserva Federal VS Banco de Japón: ¿El ‘guion’ de los mercados globales en diciembre? ¿Bitcoin se desploma primero como advertencia?
En noviembre, el índice del dólar estadounidense fluctuó debido a las expectativas sobre la política de la Reserva Federal y los fundamentos de las monedas no estadounidenses. En diciembre, la atención se centra en el cambio de mandato de la Reserva Federal, la subida de tasas del Banco de Japón y los factores estacionales que afectan tanto a bitcoin como al dólar estadounidense. Resumen generado por Mars AI. El contenido de este resumen, creado por el modelo Mars AI, todavía está en una etapa de desarrollo y actualización en cuanto a precisión y completitud.
I. Revisión de noviembre: el tira y afloja entre halcones y palomas y el “juego de quién está peor” de las monedas no estadounidenses

En noviembre, el índice del dólar estadounidense formó una estructura de doble techo en la resistencia clave de 100.3, mostrando un típico patrón de oscilación en forma de M.
Detrás de este movimiento, hubo una intensa disputa entre dos líneas principales: la reversión repetida de las expectativas sobre la política de la Reserva Federal y la creciente divergencia en los fundamentos de las monedas no estadounidenses.
En primer lugar, las expectativas de recorte de tasas de la Reserva Federal para diciembre experimentaron una volatilidad “de montaña rusa”. A principios de noviembre, la postura hawkish de Powell tras la reunión del FOMC mantuvo baja la probabilidad de un recorte en diciembre, enfatizando que “el recorte de tasas no es un hecho consumado”, lo que impulsó al índice del dólar de nuevo hacia el nivel de 100.
El fortalecimiento del dólar en esa etapa se debió a la reevaluación de la trayectoria de las tasas de interés por parte del mercado: aunque la Reserva Federal ya había recortado las tasas en 50 puntos básicos en septiembre y octubre, la preocupación de Powell por la persistencia de la inflación, sumada a la recuperación temporal de los datos de empleo no agrícola, llevó al mercado a negociar expectativas de tasas “más altas por más tiempo”.
Sin embargo, el punto de inflexión llegó el 6 de noviembre, cuando los datos de la encuesta laboral privada (ADP) de EE. UU. resultaron inesperadamente débiles, revelando por primera vez fisuras en el mercado laboral y acelerando las expectativas de recorte de tasas; después, las señales mixtas entre los funcionarios de la Reserva Federal, con posturas dovish de Waller y Mester enfrentándose a la cautela de Cook y otros, sumieron al mercado en la espera. No fue hasta el 21 de noviembre, cuando el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, Williams, emitió una señal dovish de que “pronto podría haber más recortes”, que la probabilidad de un recorte en diciembre saltó por encima del 70% y el dólar retrocedió en consecuencia.

En segundo lugar, la lógica de “quién está peor” entre las monedas no estadounidenses amplificó la volatilidad del dólar. A principios de noviembre, la libra esterlina cayó 300 puntos en un solo día por preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal, el yen se depreció hasta el nivel de 157 bajo la presión de la deuda gubernamental; pero al final del mes, la situación se revirtió: las expectativas de alto el fuego entre Rusia y Ucrania impulsaron al euro, el presupuesto británico alivió temporalmente el pánico por la deuda y el aumento de las expectativas de suba de tasas del Banco de Japón impulsó el rebote de las monedas no estadounidenses.
Esta volatilidad resalta el carácter pasivo del índice del dólar: su tendencia no está completamente dominada por los fundamentos estadounidenses, sino que es el resultado combinado de la aversión global al riesgo y la diferencia en las políticas monetarias.
II. Variable clave de diciembre: el enfrentamiento final de tres fuerzas
1. Riesgo de “politización” de la Reserva Federal: el efecto Hassett y la probabilidad de recorte de tasas
La principal incertidumbre que enfrenta el dólar en diciembre proviene del cambio de presidente de la Reserva Federal. Trump ya ha declarado que “tiene a alguien en mente”, y el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Hassett, es el principal favorito. Su postura dovish es muy clara, y ha declarado públicamente que si dirige la Fed, “recortará las tasas de inmediato”.
Si el nombramiento se anuncia anticipadamente, el mercado podría adelantarse a negociar la lógica de “flexibilización impulsada políticamente”, presionando al dólar a corto plazo.
Sin embargo, la propia reunión de política monetaria de diciembre sigue siendo clave. La probabilidad de recorte de tasas del 90% que descuenta actualmente el mercado de futuros no es inamovible: si los datos de empleo no agrícola de noviembre superan las expectativas o la inflación repunta, la Fed podría realizar un “recorte hawkish”, es decir, recortar 25 puntos básicos pero insinuar una pausa. En ese caso, el dólar podría rebotar bajo la lógica de “vender el rumor, comprar el hecho”.
Además, la Reserva Federal terminará la reducción de su balance el 1 de diciembre, y la mejora marginal de la liquidez podría compensar parcialmente la presión bajista sobre el dólar causada por el recorte de tasas.
2. El “giro histórico” del Banco de Japón: cómo las expectativas de suba de tasas reconfiguran el mercado de divisas
La reunión de política monetaria del Banco de Japón del 19 de diciembre podría marcar un punto de inflexión en el ciclo global de liquidez.

El gobernador Kazuo Ueda declaró el 1 de diciembre que “evaluará los pros y contras de subir las tasas en la próxima reunión”, y considerará el mantenimiento de la inflación subyacente por encima del 2% como base para un ajuste de política. La probabilidad de un aumento de tasas en diciembre ha saltado del 30% hace dos semanas al 80%, y esta reevaluación de expectativas ha provocado una cobertura de posiciones cortas en yenes, llevando al USD/JPY por debajo del nivel de 155. Si el Banco de Japón sube las tasas según lo previsto, romperá con una política de tasas negativas de diez años y podría desencadenar un cierre masivo de operaciones de carry trade.
A corto plazo, el USD/JPY podría retroceder al rango de 153-155; a mediano y largo plazo, esto significaría el fin de la era del “yen barato” a nivel mundial, y aumentaría la presión para que los fondos regresen de activos en dólares como los bonos del Tesoro estadounidense a Japón. Sin embargo, hay que estar atentos a un posible “movimiento de alivio” tras la noticia, similar a la corrección a corto plazo del yen después de la suba de tasas en marzo de 2024, ya que una vez que la política se aclare, las operaciones de carry trade podrían reorganizarse.
3. Estacionalidad y contradicciones estructurales: la debilidad a largo plazo del dólar es difícil de revertir

Los datos históricos muestran que en los últimos 10 años, la probabilidad de que el índice del dólar caiga en diciembre es del 80% (solo subió en 2016 y 2024). Esta regularidad se debe a factores estacionales como el fin de la repatriación de utilidades extranjeras de las empresas y la mayor actividad de rebalanceo global de activos a fin de año. En diciembre de 2025, esta tendencia podría verse reforzada por los siguientes factores:
- Mejora de la liquidez: el fin de la reducción del balance de la Fed y un posible recorte de tasas aumentan la oferta de dólares;
- Presión fiscal: el déficit de EE. UU. supera el 5% y la “gran y hermosa” ley podría agravar las preocupaciones sobre la deuda;
- Tendencia de desdolarización: la diversificación de las reservas de divisas de varios países sigue debilitando la demanda de dólares.
No obstante, la debilidad de la economía de la eurozona (crecimiento cero en Alemania en el tercer trimestre) y los riesgos geopolíticos podrían sostener al dólar temporalmente, por lo que hay que estar atentos a posibles vaivenes.
III. Perspectiva de bitcoin en diciembre: el “termómetro inverso” de las expectativas de liquidez
La correlación negativa entre bitcoin y el índice del dólar estadounidense es especialmente notable en 2025.
A principios de octubre, cuando aumentaron las expectativas de mayor liquidez en dólares, bitcoin se disparó a un máximo histórico de 126,000 dólares; pero tras el rebote del índice del dólar en noviembre, bitcoin cayó un 30% hasta los 82,000 dólares. Esta correlación se debe a la naturaleza de bitcoin como “activo global sensible a la liquidez”: su precio es altamente sensible a las expectativas sobre las tasas de interés del dólar.

Según los datos históricos, bitcoin suele tener un desempeño débil en diciembre: en los últimos 13 años solo subió 5 veces, con las mayores caídas en 2013 (-34%) y 2021 (-19%).
Esta regularidad es el reflejo inverso de la fortaleza estacional del índice del dólar.
En diciembre de 2025, bitcoin podría enfrentar una lucha entre fuerzas alcistas y bajistas:
- Factores alcistas: si la Fed recorta las tasas o el Banco de Japón sube las tasas y desarma el carry trade, la mejora de las expectativas de liquidez global impulsará a bitcoin;
- Riesgos bajistas: si la Fed no actúa o los datos de inflación de EE. UU. superan las expectativas, el endurecimiento de la liquidez en dólares presionará a bitcoin.
El umbral clave está entre 88,000 y 90,000 dólares: si bitcoin no logra recuperar ese nivel, podría caer aún más hasta el mínimo previo de 75,000 dólares; por el contrario, si el índice del dólar se debilita por factores estacionales o por el giro de los bancos centrales no estadounidenses, bitcoin podría retomar su tendencia alcista.
Es importante destacar que la volatilidad de bitcoin ha aumentado notablemente en el corto plazo, con un desequilibrio entre posiciones largas y cortas (en noviembre, las liquidaciones de posiciones largas fueron 2.3 veces las de cortas), lo que resalta la fragilidad del sentimiento del mercado.
IV. Epílogo: la guerra de monedas y el inicio de la rotación de activos a fines de 2025
El mercado global de diciembre se asemeja a una prueba de estrés sobre la confianza en el sistema de moneda fiduciaria. Si el dólar puede romper la “maldición de caer en diciembre” dependerá de quién, la Reserva Federal o el Banco de Japón, dispare primero el gatillo del cambio de política; mientras tanto, la fuerte volatilidad de bitcoin se convierte en un test para medir el grado de abundancia de liquidez global. Cuando la política arancelaria de Trump se entrelaza con la independencia política de la Fed, y el rendimiento de los bonos japoneses supera el máximo desde 2008, el mercado ha pasado de negociar simples datos económicos a revalorizar la credibilidad de la soberanía monetaria.
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