- Las empresas cripto que ofrezcan productos financieros deben obtener una AFSL antes del 30 de junio.
- Se afirma que Bitcoin y los NFTs están excluidos de la categoría de productos financieros.
- El Tesoro ha finalizado las consultas sobre la nueva legislación cripto.
Australia ha endurecido su marco regulatorio para los activos digitales, introduciendo directrices actualizadas que definen cómo serán clasificados y licenciados los proveedores de servicios cripto.
La Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC) anunció revisiones a su Hoja de Información 225.
Las empresas que ofrezcan servicios vinculados a productos financieros ahora deberán solicitar una Licencia de Servicios Financieros de Australia (AFSL) y unirse a la Autoridad Australiana de Quejas Financieras antes del 30 de junio.
El documento actualizado busca agilizar los requisitos de cumplimiento, fortalecer la protección del inversor y someter a los proveedores de activos digitales a los mismos estándares regulatorios que las instituciones financieras tradicionales.
Esto marca un cambio significativo en el enfoque de Australia para supervisar los negocios relacionados con cripto y garantizar una mayor transparencia en el mercado.
La medida apunta a brindar una mayor supervisión a la industria cripto, que evoluciona rápidamente, manteniendo al mismo tiempo flexibilidad para tokens como Bitcoin, que no serán tratados como productos financieros bajo la nueva guía.
Bitcoin excluido, pero las stablecoins bajo la lupa
Bajo las directrices revisadas, ASIC aclaró que criptomonedas como Bitcoin, NFTs de juegos y entradas tokenizadas para eventos no entran en la categoría de productos financieros.
Sin embargo, las stablecoins, wrapped tokens, valores tokenizados y productos que generan rendimiento como los servicios de staking y bienes raíces tokenizados requerirán licencia.
ASIC también confirmó un alivio regulatorio en principio para los distribuidores de stablecoins y wrapped tokens, para ayudar en la transición hacia el cumplimiento antes de reformas legislativas más amplias.
El marco actualizado establece que los servicios que ofrezcan retornos financieros o períodos de bloqueo serán clasificados como productos financieros, asegurando que los inversores en activos basados en rendimiento estén protegidos bajo las leyes financieras existentes.
La industria celebra la claridad pero advierte sobre desafíos de implementación
La actualización ha sido ampliamente bienvenida en el sector blockchain por brindar una claridad largamente esperada.
Grupos de la industria y expertos legales señalaron que la medida aporta visibilidad sobre el enfoque de ASIC para regular el ecosistema de activos digitales.
Sin embargo, advirtieron que la transición podría generar obstáculos logísticos debido a la limitada experiencia local, restricciones bancarias y acceso a seguros.
El CEO de Blockchain APAC destacó que el enfoque de ASIC de implementar políticas antes de la legislación final brinda certeza a corto plazo, pero también deja margen para la interpretación.
Estos “cuellos de botella estructurales”, incluidos los límites de recursos y cumplimiento, podrían trasladar los riesgos del plano legal al operativo si no se abordan rápidamente.
Transición en marcha mientras las empresas cripto se preparan para la licencia
Los actores de la industria están reestructurando sus operaciones para alinearse con las nuevas reglas.
El Digital Economy Council of Australia calificó la actualización como un paso significativo hacia la regulación mainstream, pero expresó preocupación por la capacidad de ASIC para procesar un gran volumen de solicitudes de licencias a tiempo.
La medida sigue a la propuesta del gobierno de Albanese en marzo de un marco unificado que coloca a los exchanges cripto bajo las leyes de servicios financieros existentes.
El Tesoro concluyó la semana pasada las consultas sobre un proyecto de ley que formalizaría esta transición, alineando aún más la supervisión cripto de Australia con las tendencias regulatorias globales.
La actualización marca un punto de inflexión para el mercado de activos digitales de Australia, estableciendo una hoja de ruta para el cumplimiento y señalando la intención del gobierno de equilibrar la innovación con la protección del inversor.




