- Kalshi desafía la orden de cese y desistimiento de Nueva York, calificándola de extralimitación regulatoria.
- La plataforma insiste en que opera legalmente bajo normas federales.
- El caso podría definir el futuro de los mercados de predicción en Estados Unidos.
La plataforma de mercados de predicción Kalshi ha presentado una demanda contra la autoridad de juegos de azar de Nueva York, alegando que el estado ha excedido sus límites legales al intentar cerrar las operaciones de la empresa. El núcleo de la disputa gira en torno a una orden de cese y desistimiento enviada por la Comisión de Juegos del Estado de Nueva York, que alegó que Kalshi estaba ofreciendo servicios de apuestas ilegales a los residentes del estado.
Sin embargo, Kalshi sostiene que su plataforma está completamente regulada por autoridades federales, específicamente la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), y opera como un mercado financiero legal en lugar de una casa de apuestas.
Lo que está en juego para los mercados de predicción
Kalshi permite a los usuarios operar sobre los resultados de eventos del mundo real—desde elecciones hasta indicadores económicos—comprando contratos de “sí” o “no” sobre preguntas específicas. Aunque esto pueda parecer una apuesta, Kalshi sostiene que su plataforma funciona como un mercado regulado que ofrece instrumentos financieros basados en datos, no apuestas.
La comisión de juegos de Nueva York no está de acuerdo, argumentando que los servicios de Kalshi se asemejan a apuestas y deberían ser prohibidos bajo la ley estatal. Esta disputa plantea preguntas legales más amplias sobre si los estados tienen el poder de anular las aprobaciones regulatorias federales cuando se trata de plataformas financieras innovadoras como Kalshi.
La batalla legal podría sentar un precedente nacional
La demanda presentada por Kalshi podría tener consecuencias de gran alcance más allá de Nueva York. Si los tribunales fallan a favor de Kalshi, podría abrir el camino para que los mercados de predicción operen con mayor libertad en todo Estados Unidos, siempre que cumplan con las regulaciones federales.
Por otro lado, si Nueva York gana, podría animar a otros estados a tomar medidas enérgicas contra plataformas que difuminan la línea entre el trading y las apuestas. El caso podría, en última instancia, definir cuánta autonomía tienen los estados individuales para regular los servicios financieros basados en tecnología.




