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ChainCatcher informó, según CoinDesk, que recientemente dos billeteras asociadas con los bitcoins físicos de Casascius transfirieron un total de 2000 bitcoins, valuados en aproximadamente 180 millones de dólares, tras haber estado inactivas por más de diez años. Estos bitcoins no se habían movido desde 2011 y 2012, cuando el precio de bitcoin era inferior a 15 dólares, mientras que ahora ronda los 90 mil dólares. Las monedas físicas de Casascius fueron creadas por el empresario de Utah, Mike Caldwell, en 2011, y son objetos de colección físicos que contienen una clave privada incrustada, con denominaciones que van de 1 a 1000 BTC. Cada moneda está sellada con un holograma a prueba de manipulaciones para proteger la clave privada debajo. Debido a que la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN) de Estados Unidos clasificó a Caldwell como un transmisor de dinero no registrado, él dejó de producir monedas prefinanciadas a finales de 2013. El propósito específico de esta transferencia aún no está claro; podría tratarse de una venta, una reestructuración interna o una medida preventiva para preservar el acceso. También podría estar relacionado con la degradación de los componentes físicos, similar al caso de un usuario que este año afirmó poseer una barra de Casascius de 100 BTC y reportó dificultades para importar la clave a una billetera moderna después de retirar el holograma.

Según ChainCatcher, y de acuerdo a los últimos datos de CryptoRank.io, el costo promedio en efectivo para minar un bitcoin ha alcanzado los 74.600 dólares. Si se incluyen la depreciación y la compensación basada en acciones (SBC), el costo total asciende a 137.800 dólares. Con la potencia de cómputo de la red superando el simbólico hito de 1 ZH/s, la competencia en la industria se ha intensificado y la rentabilidad de la minería ha caído drásticamente. Este cambio está impulsando a muchas empresas mineras públicas a reasignar su capacidad de cómputo hacia cargas de trabajo de inteligencia artificial (AI) y computación de alto rendimiento (HPC), ya que estos sectores ofrecen márgenes de ganancia significativamente superiores a la minería tradicional de bitcoin. La industria se está dividiendo en dos modelos de negocio claramente diferenciados: proveedores de infraestructura, que transforman los centros de datos de minería para tareas de cómputo de alta rentabilidad; y mineros tradicionales, que continúan operando en un entorno cada vez más competitivo y con márgenes cercanos a cero. Analistas señalan que los elevados costos de minería también reflejan la escasez de bitcoin, lo que podría ser uno de los factores que impulsan el aumento actual de su precio.